En los planisferios aparece como una galaxia muy luminosa, pero ocurre con M101 que su luz está repartida en una extensa área. Esto, en una galaxia que está vista de frente, la convierte en un objeto casi transparente, sólo destacable su núcleo excéntrico y las nebulosas de sus brazos.

 

 

 

 

Por todo esto, M101 es una galaxia terriblemente frustrante para un aficionado inexperto, ya que su imagen a través del ocular resulta decepcionante frente a las fotografías que aparecen en los libros de cielo profundo, con brazos bien abiertos, definidos y quebrados.

 

Pero si se dispone de un telescopio de 400mm o más de abertura y de un cielo igualmente bueno, su visión resulta más que reconfortante, ya que alimentará nuestras ansias de ver una galaxia espiral en toda regla vista de frente, con sus brazos y ocupando casi todo el campo de visión de nuestro ocular, con este deseo podemos pensar, en su semejanza, con M33.

 

Pero la cosa no acaba aquí, ya que M101 guarda entre sus brazos alguna sorpresa, una vez que nuestra retina se acomode a la neblinosa luz que emiten sus brazos, iremos desvelando dos nebulosas NGC 5455 y 5447 y que ayudarán a vislumbrar con certeza, el espacio que recorren sus brazos y la separación entre ellos.